Ricardo Zafrilla Tobarra,
castellano-manchego y tercero de siete hermanos, nace en Albacete (España) unos
años después de acabada la fratricida guerra civil española (1936-1939) por lo
que su niñez transcurre dentro del período autárquico del primer franquismo, en
el seno de una familia de clase media, dedicada desde el siglo XVIII a la
fabricación artesana de cuchillería.
Con once años de edad, cuando se encuentra
cursando el segundo curso de bachillerato, se ve en la necesidad de
compatibilizar estudio y trabajo. Actividad ésta última que ya jamás
abandonará.
Durante los diez años que restan hasta
alcanzar su mayoría de edad gran parte de su adolescencia transcurre en una
situación laboral dentro de la empresa familiar en la que adquiere las
correspondientes destrezas en la actividad cuchillera, artesana e industrial,
aprendiendo y desarrollando las fases de fabricación, almacén, facturación y
canales comerciales lo que le lleva a viajar, muy prematuramente, por toda
España incluyendo los archipiélagos de Baleares y Canarias. Al propio tiempo
concluye los estudios de Bachillerato Elemental (con Reválida) y los de
Magisterio.
Simultanear trabajo y estudio le suponen
unas carencias en el desenvolvimiento y formas de vida que cualquier joven
tiene en estas edades y, también, adquirir tempranamente formas de madurez que
le marcarán en su vida.
Con veintiún años de edad, supera con
éxito las oposiciones libres al Magisterio Nacional y es nombrado funcionario
de carrera de la Administración Civil del Estado por lo que abandona definitivamente
la actividad empresarial familiar en la que se ha formado durante toda su
adolescencia y temprana juventud.
Durante tres cursos académicos (1963-1966)
consecutivos ejerce como Maestro en la provincia de Albacete siendo su primer
destino una aldea de un latifundio manchego cercano a la importante localidad
manchega de Villarrobledo. Como la finca de labor está en pleno campo, a varios
kms. de distancia del pueblo, sin medios públicos de transporte, no tiene más
remedio que ir caminando por una carretera comarcal y caminos o hacer autostop.
La época otoño/invernal, con climatología
adversa le obligó a aceptar, como así fue, las facilidades de transporte ofrecidas
por el Administrador de la finca mediante las cuales le recogían en la estación
de ferrocarril de Villarrobledo y le llevaban a la aldea donde impartía las
clases a los jornaleros analfabetos que residían en la misma.
Respecto al alojamiento era facilitado por
el Mayoral, de forma gratuita, en la misma casa de labor donde también lo
hacían los alumnos/jornaleros en una de las dependencias de almacenamiento de
granos -en todo caso en condiciones precarias, hoy día inadmisibles-
compartiendo con ellos tanto la compañía como el menú.
En dicha aldea solamente permanece el
primer trimestre del curso académico 1963-64 ya que, con motivo de comentar en
las clases a los alumnos que son labradores analfabetos, el derecho de éstos a
percibir la paga extraordinaria en efectivo, y no una limosna en especie,
recibe animadversión y pérdida de las facilidades domésticas que se le venían
concediendo por parte de Administrador y Mayordomo de la finca, que no la del
Mayoral y esposa quienes jamás se negaron a facilitarle alojamiento y
manutención correspondiendo a dar clase a los hijos durante el día de forma
altruista.
El deterioro de relaciones con los dueños le
llevan a tener que dejar su destino siendo "aconsejado"
para permutar su puesto de trabajo por otro que se encuentra en plena Sierra de
Segura y Cazorla, en la cota 1.200, haciendo frontera con la comunidad
andaluza.
Conseguir llegar a este nuevo destino desde Albacete supone emplear casi
dos días, pues por los escasos y modestos transportes públicos de la época se ve
obligado a pernoctar en el pueblo de Yeste que hace de cabecera de partido,
siendo la última hora del trayecto a pie por caminos de herradura que ascienden
a la montaña donde radican los caseríos dispersos de la aldea denominada
“Plañalejos”. Unos años después, con el fenómeno del desarrollismo español dicha
aldea quedó totalmente despoblada.
Dentro del Magisterio Nacional se
especializa también -a más de en la alfabetización de adultos que había
conseguido- en la de Educación Física, especialidad que aparece por primera vez,
alcanzando el título de Maestro-Instructor por lo que pertenece a la primera
promoción.
Unos años después, al ejercer esta docencia en varios colegios catalanes, desarrolla la labor de inculcar y
preparar a los jóvenes en la práctica del Atletismo; circunstancia ésta que sería resaltada por un
prestigioso medio de comunicación de Cataluña (“El Correo catalán”). Al igual
que, en su ciudad natal de Albacete, su lucha en favor de la pluralidad informativa sería distinguida con un
"laurel" por el periódico madrileño Diario 16 dirigido por Pedro J.
Ramírez.
Tras superar las pruebas de acceso a la
milicia universitaria, presta en la misma su servicio militar obligatorio en el
que alcanza el grado de Sargento Efectivo del Arma de Caballería, circunstancia
que es recogida en el Diario Oficial de Ejército con fecha 1 mayo 1965.
El conocimiento de las Fuerzas Armadas que adquiere, tras ejercer como Sargento del Arma de Caballería en el centro de instrucción de reclutas de Camposoto- San Fernando (Cádiz), exacerban su amor por la patria que le marcará para siempre de manera que ingresa en la Real Hermandad de las Fuerzas Armadas y Guardia Civil y en la Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios de Viator-Almería.
Ya sexagenario renueva el Juramento a la Bandera tanto en el Ala 14 de la Base Aérea de Los llanos-Albacete como, dos años después, en el portaaeronaves Juan Carlos I con sede en la base conjunta hispanoamericana de Rota (Cádiz). En definitiva, los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire de España reciben su patriótica adhesión juramentada.
En 1966 abandona el Magisterio Nacional
pasando a la situación de excedencia especial como Supernumerario e inicia su
labor educadora en las Universidades Laborales en las que consolidaría al ganar
en oposiciones libres la plaza de docente, grupo C, desempeñando diversas
responsabilidades como Director de Colegio y Residencias de Estudiantes con
destinos localidades de la Comunidad de Madrid (Alcalá de Henares) y de Cataluña
(Tarragona).
En 1968 es destinado al País Vasco como
Jefe de Residencias de la Universidad Laboral de Éibar (Guipúzcoa). La falta de
entendimiento y desencuentro con el director de dicho Centro quien su
currículum se limitaba a pertenecer a una Mutualidad Laboral -junto con la
enorme barrera ideológica y educativa existente entre ambos- le llevan a tomar la decisión de dimitir y solicitar
el traslado nuevamente a Cataluña (Universidad Laboral de Tarragona).
Casado y con tres hijos logra alcanzar con éxito los estudios de licenciatura en Filosofía y Letras en la Universidad Central de Barcelona, especialidad Historia General, y comienza a desarrollar una frenética actividad de formación en congresos, reuniones, cursos, seminarios, etc., esencialmente en aspectos relacionados con el mundo de la Historia de la Educación, Didáctica y su Metodología, así como, la publicación de artículos de opinión en prensa diaria y otras revistas especializadas.
La titulación superior universitaria alcanzada le permite ascender -también por
oposición- a los grupos B y A de la escala docente de Universidades Laborales,
éste último en el que obtiene el número 1 de su promoción, es el de máximo rango por lo que será convalidado como catedrático de
Bachillerato.
Sus primeros escarceos con la cultura
inglesa se producen en 1967 al prestarse como voluntario para participar, en
colaboración altruista, con el International Voluntary Service (IVS) al norte
de Inglaterra (Rochdale-Lancashire) cerca de Manchester.
En asamblea electoral, es elegido por sus
compañeros para formar parte de una comisión mixta que habría de negociar con
el Ministerio de Trabajo -del que dependían las Universidades Laborales- las
condiciones funcionariales de su grupo que, curiosamente, atentaban hasta con
las propias leyes emanadas de la dictadura franquista (el Fuero del Trabajo).
Esta legítima actividad le acarrearía
enemistad personal con el Secretario General de Universidades Laborales que, sumada
a su afiliación en un sindicato catalán clandestino, a la sazón ilegal en la
España predemocrática, le ocasionarían serios y graves problemas.
Valga el ejemplo por el que al convocarse
oposiciones libres de acceso al cuerpo de profesores del grupo A, no se le
admite la solicitud para participar y competir en las mismas. Es la época en
que acaba de fallecer el General Franco y denuncia la situación ante el
ministro de Trabajo, a la sazón Solís Ruiz, quien le atiende y ordena la
convocatoria especial de oposiciones para aquellos a los que se les ha negado
el derecho de participación. Un tribunal presidido por un profesor que había
desempeñado el cargo de Gobernador Civil suspende únicamente al opositor
Ricardo Zafrilla Tobarra.
Un año más tarde (1977) vuelve a opositar
y, pese a aprobar las oposiciones al grupo A, de la Escala Docente de
Universidades Laborales con el nº 12, no se le reconoce el derecho obtenido a
ocupar vacante lo que le lleva a recurrir la injusticia ante el Director
General de Servicios Sociales -el difunto Cisneros Laborda (D.e.p.)- quien
había sido seleccionado para elaborar la Constitución de 1978.
Pese a los indiscutibles conocimientos en
Derecho del citado Director General, y ponente Constitucional, lamentablemente rechaza la petición de justicia para lo cual desestima firmando éste, nada más y nada menos, que una Resolución en contra de lo establecido en todo un Real Decreto de la Jefatura del
Estado, que tuvo que promulgar el Rey Juan Carlos I, como Jefe del Estado en funciones, dada la enfermedad del general Franco.
La valiente actuación del Presidente del
Tribunal, Prof. Dr. Montenegro Duque, catedrático de Historia Antigua de la
Universidad de Valladolid, al incluirlo en las listas de aprobados, junto con
la brillante actuación de la Sala Segunda de lo Contencioso-Administrativo, de
la Audiencia Territorial de Barcelona, corrigen la injusticia siendo condenado
el Ministerio de Trabajo, en sentencia firme e inapelable, para concederle la
plaza legítima y holgadamente conseguida.
En los dos años que tarda en salir la
sentencia, vuelve a opositar y gana otra vez la plaza. Esta vez con el nº 1 de
su promoción. No obstante, la Administración no cumplía la sentencia y se vería obligado a solicitar a la Sala auto de
ejecución de sentencia defendiéndose por sí mismo y teniendo en la parte
contraria al Abogado del Estado. Finalmente, en su resolución, la Sala,
desestimaba las pretensiones de la abogacía estatal y aceptaba la totalidad del
administrado.
Regresa a su tierra natal ejerciendo como
catedrático en la Universidad Laboral de Albacete donde practica fuerte
oposición al entonces director de la misma, “nombrado a dedo” por la UCD (el
partido político del presidente Suárez), y a quien considera que con su forma
de dirigir ni ha beneficiado ni beneficia a la tierra manchega. Como
represalias se le abre expediente administrativo que fue sobreseído.
Tras
conseguir que el director sea cesado (1981) se traslada a la Comunidad
Valenciana, Complejo Educativo de Cheste (Valencia) donde imparte docencia
durante tres cursos académicos consecutivos.
Allí, encuentra que está ejerciendo ya
varios años como Subdirector Administrativo del Centro quien había sido el Director en la
Universidad Laboral de Éibar. Considera que es una verdadera anomalía legal y
funcionarial estar ocupando el máximo rango en la escala de Administración,
grupo A, sin preparación académica, acceso sin oposición y, ni siquiera, titulación
alguna. Denuncia esta evidente irregularidad y poco después, este alto cargo directivo -el segundo del Centro- fue fulminante cesado y se le reclasificó en la Escala de
Servicios Generales que comprende a los diversos trabajadores de mantenimiento.
Tras tres cursos consecutivos en la
comunidad valenciana regresa a Albacete y en 1987, donde se da la circunstancia que se producen las primeras elecciones democráticas docentes. En votación electoral, es
elegido por sus compañeros para desempeñar la máxima autoridad en la
Universidad Laboral de Albacete durante tres años como Director y Jefe de Personal.
Durante su mandato (1987-1990) imprime un carácter
pluridimensional a esta institución educativa de tal modo que logra sea dotado
de las suficientes infraestructuras de las que carecía desde sus inicios, esto
es, nueva biblioteca, polideportivo con gimnasio cubierto del que carecía, nuevas instalaciones
en cocinas y comedores, sustitución de toda la calefacción central del Centro,
aumento de las plazas para alumnos residentes, organización y dotaciones a
departamentos docentes con la reciente tecnología informática, etc.
En defintiva, consigue que se produzca el exhaustivo aprovechamiento de las instalaciones docentes y residenciales facilitando tanto el
acogimiento en las dependencias de la Universidad Laboral a la flamante
Facultad de Derecho albacetense como, también, a la primera escuela de Policías Locales de Castilla-La Mancha.
A comienzos de la década de los noventa
ocupa la plaza vacante de catedrático de Geografía e Historia en el emblemático
Instituto de Bachillerato nº 1 "Bachiller Sabuco" de Albacete
abandonando definitivamente la docencia en las Universidades Laborales que, si
bien se habían oficialmente extinguido en 1978, no lo es menos que continuaron
funcionando en un verdadero galimatías jurídico, administrativo y con diversas
nomenclaturas otra década más.
A finales de la citada década, y dentro de
la estructura del Instituto, pasa a desempeñar sus funciones docentes en el
Centro para la Innovación y Desarrollo de la Educación a Distancia;
circunstancia ésta, que le permitirá impartir clases lectivas a parte de los internos de la Penitenciaria de Albacete obteniendo el conocimiento
psico-sociológico, a más del pedagógico, de la desgraciada población reclusa lo
que le llevará a conocer el por qué del llamado “síndrome de Estocolmo”.
Con la colaboración del alumnado realiza
trabajos de investigación que son premiados por Ayuntamiento de Albacete, unos,
y por Junta de Comunidades, otros, esto es, ordenación del tráfico rodado y
balizamiento de la ciudad y Primer Concurso de Arqueología Industrial y
Científica, respectivamente.
Favorece e impulsa, también, la
participación del alumnado -de la especialidad de Moda y Confección Industrial
de la Universidad Laboral de Albacete- en el orden internacional con la
presencia en centros educativos y empresas especializadas (rama textil) en la
industriosa ciudad alemana de Bilifield (Westfalia), siendo recibidos por el
alcalde de la ciudad y otras autoridades educativas de las que se hace eco el
diario Westfalenpost.
Otras responsabilidades que desempeña, en
su condición de catedrático, las constituyen la participación como miembro de
tribunal en las oposiciones que se celebran en Madrid, Valladolid, Talavera de
la Reina y Albacete, para acceso al cuerpo de Profesores Agregados y
Catedráticos de Bachillerato en la especialidad de Geografía e Historia, en calidad de presidente, secretario y vocal.
En Hispanoamérica ha investigado en la
Fundación Arango del Banco de la República en Bogotá (Colombia), impartido
conferencias a postgraduados en la Universidad de Los Llanos Occidentales de
Barinas (Venezuela) y participado en el Congreso latinoamericano de Alta
Gerencia Educacional celebrado en La Habana (Cuba).
En 1992, con la Subdirección General de Cooperación
Internacional participa en el primer programa de intercambio para el
profesorado de la Unión Europea lo que le conduce a conocer "in situ"
el modelo educativo de Holanda. Y con la Consejería de Educación de la Junta de
Comunidades de Castilla-La Mancha colabora como asesor pedagógico en
Bournemouth (Inglaterra).
Con carácter privado viaja por los cinco
continentes, incluidas Australia y Melanesia, y recorre todos los países de la
Europa Occidental y parte de la Europa del Este.
El proyecto de creación de la Universidad
de Castilla-La Mancha le conduce a investigar otros modelos de acción en
diferentes universidades españolas. Las conclusiones de su investigación son
publicadas durante varios días de los meses abril y mayo 1980 en la prensa
local de Albacete. Posteriormente, el modelo de creación e implantación de la
universidad castellano manchega incorporaría parte de los paradigmas que
propone.
Sus méritos y/o circunstancias personales
le llevan a ingresar a comienzos de la década de los noventa en la Real Orden
de Caballería de Santa María del Puig (Valencia), cuyo Vice-Gran Maestre es en
esa época el Excmo. Sr. D. Sabino Fernández Campo, Conde Latores y Grande de
España. Del mismo modo es nombrado académico de número de la Academia
Valenciana de Genealogía y Heráldica.
En esta última, coincidiendo con los
fastos del centenario del rey Jaime I el Conquistador, tiene la oportunidad
disertar sobre el parelismo histórico de dicha figura con la del rey castellano
Alfonso X el Sabio y sus diferencias que hicieron imposible la temprana unión
de Castilla y Aragón retrasando, también, la reconquista dos siglos más.
Ya en el siglo XXI, Carlos de Borbón Dos
Sicilias, Infante de España y Duque de Calabria, le otorga Carta de Hidalguía
por reunir -de forma fehaciente- los requisitos exigidos en la Real Cédula
promulgada por el rey Carlos III de España, con fecha 18 marzo 1783, pasando
así, a formar parte, con todos los derechos y deberes, de los Hidalgos de
España figurando en el tomo III, con el nº 5.711, del censo de nobles asociados como nobleza no titulada.
En la primavera de 2012 en la Basílica de
Nª Sª de la Merced de Barcelona, en solemne acto de investidura, ingresa como Caballero
de mérito en la Sacra y Militar Orden Constantiniana de San Jorge. Tres años después ingresa como Caballero en la Orden de Fernando III El Santo y en la de Fernando de Antequera.
También se le concede la distinción de Caballero del Ancla de Bronce de la RLNE y la Gran Cruz al mérito
académico por la Academial Internacional de las Ciencias,
Tecnología, Educación y Humanidades.
En 2014, estando ya jubilado es seleccionado por la Universidad Politécnica de Barcelona –como experto externo- para presidir un tribunal de doctores arquitectos juzgando y calificando una nueva tesis doctoral sobre la arquitectura de las Universidades Laborales.
En 2015, en la Universidad Camilo José Cela de Madrid recibe el reconocimiento a sus 45 años dedicados a la labor docente y se le impone la Medalla Cultural de la Real Liga Naval Española.
Así, pues, su pensamiento, respecto de las
Universidades Laborales, debe ser considerado de indudable valor y prestigio en
unas instituciones nunca bien conocidas por la escasez de estudios tanto de
ámbito nacional como sectorial y, en algún caso denostadas (hasta el propio
Tierno Galván habría de cometer un grave error de desconocimiento acerca de
ellas), pocas veces analizadas y, en el mejor de los casos, desde la
parcialidad política con el resultado de injustas detracciones o alabanzas
inmerecidas, junto con un importante vacío bibliográfico lo que le lleva a la
investigación de las mismas.
El resultado de este quehacer investigador de dichas instituciones docentes se reflejan en la que fue primera
tesis doctoral sobre las mismas, abarcando la totalidad del período histórico en que nacieron, se desarrollaron
y se extinguieron estos centros docentes. Alcanza el sobresaliente "cum laude" y la Universidad de Castilla-La Mancha decide su publicación.
A partir de la misma, profesores de las universidades de Salamanca, La Coruña, Granada, Valencia, Sevilla y Barcelona le toman como referencia y solicitan su colaboración para dos nuevas tesis doctorales y cuatro monografías.
Es de justicia evocar al historiador
griego Polibio, cuando hace ya dos mil años, consideraba inexcusable el
conocimiento del pasado histórico para el normal desarrollo de las sociedades
presentes y futuras: "...ninguna educación es más apta para los
hombres que el conocimiento de las acciones pasadas (...) la instrucción y
ejercicio más seguro en materia de gobierno, es la enseñanza a partir de la
historia" (Historias, Consejo Superior de Investigaciones
Científicas, Madrid, 1972 libro 11, capítulo I).
Para concluir no puede omitirse la cita de
Collingwood: "La materia de conocimiento de la historia no es el
pasado como tal, sino aquel pasado del que nos ha quedado alguna prueba de
evidencia" (Idea de la historia, México, FCE (1952); y las
Universidades Laborales están evidenciadas por las huellas arquitectónicas que
han dejado en la geografía española y en el rastro cultural que imprimieron al
medio millón de alumnos que pasaron por sus aulas.
Veinticinco años consecutivos como
trabajador docente en las Universidades Laborales, ejerciendo en cinco de las
diecisiete comunidades autónomas del Estado en las que se localizaban estos
centros, tras ganar las correspondientes oposiciones a todos los grupos de la
Escala Docente, le suponen una experiencia nada desdeñable.
Ricardo Zafrilla Tobarra, independientemente de cualquier resultado de su quehacer histórico, puede cantar bien alto que jamás le quitaron, ni podrán quitarle, "lo bailao", esto es, la satisfacción del deber cumplido.